martes, 18 de junio de 2013

Reseñas cinematográficas: R3sacón (Resacón III)


Ficha Técnica

Título original: The Hangover Part III
Director: Todd Phillips
Intérpretes: Bradley Cooper, Ed Helms, Zach Galifianakis, Ken Jeong, Justin Bartha, John Goodman, Heather Graham, Melissa McCarthy, Jeffrey Tambor, Gillian Vigman, Sasha Barrese, Jamie Chung.
Guión: Todd Phillips
Música: Christophe Beck
Género: Comedia
Nacionalidad: Estados Unidos
Duración: 100 minutos
Año: 2013


Sinopsis:
Algo ocurre con Alan. Tras la muerte de un ser muy querido, parece que haya perdido el norte. En realidad, ya lo estaba perdiendo, pero el triste suceso acaba por colocarlo en la cuerda floja, de la cual caerá tarde o temprano, a menos que sus mejores amigos hagan algo. De este modo deciden realizar una intervención a Alan y hacer un viaje para curarle de sí mismo. Con lo que no cuentan es que los hechos ocurridos en Las Vegas durante la boda de Doug les pasen factura, y mucho menos que tengan que ver con el problemático señor Chow.


Reseña:
Debo reconocer que no me gustó nada "Resacón en Las Vegas". A ver, a ver, dejad que me explique. Soltad esas antorchas que acabáis de encender pensando que voy a poner a parir esta tercera parte. Matizo. La primera parte no llegué a verla en el cine e incluso hoy día me resulta raro hasta a mí mismo, a pesar de que tenga una explicación: no me llamaba nada la atención. Es cierto, los trailers que vi no dejaban de mostrarme, o eso pensaba yo equivocadamente, una especie de "American Pie" pero para treinteañeros (o cuarentones, según nos pongamos), es decir, una especie de copia regurgitada de mala forma. Sin embargo, cuando estuvo para alquilar, me hice con ella para verla, ¿cómo no hacerlo tras las grandiosas críticas que se extendían por todo el planeta sobre el filme?

Las expectativas me jugaron una mala pasada. Sí, las expectativas, las cuales pueden hacer, de ser muy bajas, que un bodrio se convierta en algo disfrutable, y de ser muy altas, que una buena película se transforme en una cagarruta. En este caso pasó lo segundo, todas las expectativas estaban tan altas que me esperaba la comedia de la década, pero me encontré con algo flojo, sin chispa y que sólo servía para entretener un rato, nada más. O eso pensaba. Meses después le di una segunda oportunidad al filme de Todd Phillips (Salidos de cuentas, Aquellas juergas universitarias) y, sabiendo ya lo que iba a ver de verdad, me encantó, convirtiéndose en una de mis comedias favoritas, una que ya he visto más de diez veces. Expectativas, qué curiosas son, ¿verdad?

La manada vuelve a Las Vegas


"Resacón en Las Vegas" nos contaba la despedida de soltero de Doug en, sí, Las Vegas, donde iba con sus amigos Stu y Phil, el primero un chulesco profesor y el segundo un anodino dentista dominado por su esposa. A la juerga se les unía el cuñado de Doug, Alan, un tipo barbudo, regordete y más raro que un perro verde. Ya en Las Vegas se preparaban para una fiesta inolvidable... pero sí que la olvidaron. A la mañana siguiente despiertan en medio de un monumental caos, sin Doug, con un tigre y con un bebé. Es entonces cuando deberán recorrer la llamada Ciudad del Pecado para encontrar a su amigo, llegar a tiempo para la boda y descubrir qué pasó durante la noche. Por el camino se toparán con policías chalados, camellos cabreados, bailarinas de striptease y el señor Chow, personaje crucial en la saga.

Tras el éxito de taquilla y crítica no tardó en llegar la secuela, "Resacón 2: ¡Ahora en Tailandia!". De nuevo, una boda, de nuevo una noche de juerga, pero esta vez más a lo bestia que en Las Vegas. ¡Ah! Y otra vez Alan y más señor Chow, mucho más. Pese a que la jugada le volvió a salir a las mil maravillas a Todd Phillips, la película no dejaba de ser una especie de copia de la primera parte en cuanto a historia. Vale, era lo que tocaba por coherencia, si analizamos el argumento de las dos primeras entregas, y a ratos resultaba mejor que la primera entrega, sobre todo en el tono bestia y gamberro, pero que se repitiese tanto la estructura de la historia la situó un par de pasos por debajo de la primera parte. Esta entrega sí la vi en el cine, y disfruté mucho de ella desde el primer momento.

Por lo que no me iba a perder "R3sacón" o "Resacón III" por nada del mundo. Y debo admitir que Todd Phillips es un tío pero que muy, muy listo. Tan listo que ha logrado estar a punto de alcanzar con esta tercera parte a la primera, y sobrepasar levemente la calidad de la segunda. Y es que el factor sorpresa vuelve a estar presente, ¿con una tercera entrega, me preguntaréis? Pues sí, porque el director ha sido lo suficientemente inteligente como para no repetir la formula de las dos anteriores entregas y dar un paso hacia delante, lógico y coherente con el devenir de la saga. Ya no hay bodas ni despedidas de solteros de por medio sólo Alan y Chow, Chow y Alan. Y el regreso más esperado en la trilogía: Las Vegas.

Alan es ahora el protagonista de la historia


Aunque muchos de los trailers de la película ya se han encargado de destripar puntos importantes de la trama, trataré de no insistir en ellos. La historia comienza con una muerte... bueno, en realidad, empieza con una excelente prologo con el señor Chow, que recordemos en la anterior entrega iba a la cárcel. Después llega una terrible muerte a la vida de Alan, que parece estar más desbocado que nunca. Sus amigos pronto se dan cuenta de ello, especialmente tras la tragedia, y deciden ayudarle para que avance, para que se recupere y, en definitiva, para que madure de una vez por todas. Así que hacen un viaje en el que son asaltados por Marshall, un criminal que busca nada más y nada menos que al señor Chow, amigo de Alan y de la Manada, como llama éste al grupo al que pertenece junto a Doug, Stu y Phil. Los amigos deberán unirse de nuevo en una alocada travesía para encontrar a Chow y poner fin de una vez por todas a la serie de locura que sufren desde que fueron a Las Vegas.

Lo primero que sorprende de esta tercera parte es lo mucho que se diferencia de las dos anteriores. Lo cual es bastante bueno para que no se haga repetitiva. Tranquilos, porque los personajes siguen siendo los mismos el tono del filme es similar y hay muchas referencias a las anteriores; desde personajes que vuelven (atentos al momento Carlos) hasta continuos guiños que nos recuerdan que los protagonistas han vivido mucho y han pasado por aún más. Sin embargo, las diferencias se fusionan con todo lo que ya conocemos conduciendo la trama por caminos bien distintos a los ya conocidos, distintos y muy agradables, porque lo que aquí tenemos es a veces más que una simple comedia, una comedia de acción con dos protagonistas claros, Alan, de nuevo interpretado por el genial Zach Galifianakis (La cena, Salidos de cuentas) y el señor Chow, el no menos estupendo Ken Jeong (Hincame el diente, Zooloco). Ellos son los absolutos protagonistas, héroe y villano, villano y héroe, enfrentados por las circunstancias, por ser cómo son también y la lían bien gorda para salir del nuevo lío en el que se ven inmersos.

La otra gran estrella de la película, el señor Chow


De este modo, y siguiendo con la sinopsis, nos hallamos ante una road movie donde los protagonistas deberán buscar a Chow y llevárselo a Marshall por motivos que tienen que ver con las anteriores entregas (momento genial donde se nos recuerda quién es Marshall). Pero la misión no será nada sencilla, sobre todo si recordamos quién es Chow en realidad. Sí, sé que a los fans de la trilogía os viene a la mente la escena de Chow saliendo del maletero desnudo y cabreado en la primera parte. De eso hablo. ¡Ah! Hay guiño también a ese momento maletero, por cierto. Esta misión de búsqueda de Chow no sólo llevará a que su relación con Alan se tambalee, sino que hará que éste madure o, todo lo contrario, caiga más aún en la locura que su alocada personalidad.

Así pues, mientras que en las anteriores Stu y Phil, interpretados respectivamente por Ed Helms (The Office,  Noche en el museo 2) y Bradley Cooper (De boda en boda, El equipo-A) eran tan protagonistas como Alan, ahora se quedan a un lado, no demasiado lejos, claro, pero en algunas ocasiones son más secundarios que co-protagonistas de la aventura. Ya os dije que Todd Phillips es un tío listo, y ha cambiado las reglas, ha evolucionado la trama y pone en primera línea al personaje cumbre de la trilogía, Alan, el niño atrapado en el cuerpo de un hombre barbudo con ciertas gesticulaciones y tics que parten de risa al personal.  Él es el protagonista, como decía más arriba. Esto es algo muy bueno para los que somos fans del personaje, pero muy malo para aquellos que estaban ya cansados de él en la segunda parte.

Algo parecido pasa con el señor Chow. En la primera parte se nos presentaba en una de las más brutales escenas de aquella, que ya he comentado aquí. En la segunda adquiría tanto protagonismo que parte de la trama giraba a su alrededor, volviéndonos a dar momentos realmente hilarantes, a la altura de los de Alan. Allí descubríamos que se convirtieron en amigos tras lo sucedido en Las Vegas. En esta tercera parte su relación da un nuevo paso, o varios, en realidad. Si gran parte de la historia tiene que ver con la personalidad de Alan y el viaje que inicia junto a sus amigos para madurar, la otra parte del argumento versa sobre la búsqueda de Chow y su relación con Alan.

El señor Chow contando sus planes a la manada


Ambas partes se complementan perfectamente. Una no podría existir sin la otra, ya que parte de la madurez de Alan como personaje tiene que ver con la relación que mantiene con Chow. Ambos nos dan los mejores momentos del filme, repito, especialmente para aquellos que los adoramos; quienes no los soporten no deberían ni visionar el filme, porque les va a ser difícil de aguantar. Sus idas de olla se repiten durante todo el metraje, por no hablar de sus excesos, de sus exageraciones... Las mejores escenas transcurren cuando están juntos, al menos, la mayoría de ellas; la otra parte nos las dan por separado, quedando el resto de personajes como secundarios, importantes muchos, eso sí, pero secundarios. Algo así como lo ocurrido con la cuarta entrega de las aventuras de Jack Sparrow.

¿Están los co-protagonistas a la altura de las bestias pardas que son Alan y Chow? Lo están, por supuesto. Phil y Stu siguen siendo geniales, complementando ambos a Alan, sirviendo de perfectos escuderos en su cruzada. Los piques de Alan con Stu, o el amor que le profesa a Phil nos dan grandes escenas (atentos a la intervención, al principio de la película). De nuevo perdemos a Doug por el camino por exigencias del guión; por lo menos aquí dura más que en la segunda parte, donde prácticamente hacía un cameo. No me hubiera importado que tuviese más protagonismo. También repiten personajes como el de Jamie Chung (Dragon Ball Evolution, Sucker Punch) la esposa de Stu, cuya boda vimos en la anterior entrega y la bailarina de la primera parte interpretada por Heather Graham (Desde el infierno, Dime que no es verdad) y el padre de Alan interpretado por Jeffrey Tambor (Hellboy, Paul). Simples cameos en realidad, pero que funcionan a las mil maravillas dando la sensación de que el mismo equipo está detrás de las tres entregas, y de que esto es un universo cuyas piezas no son olvidadas, aunque aparezcan unos pocos segundos en pantalla.

Marshall, uno de los "nuevos" secundarios


Entre los secundarios hay un "nuevo" personaje que es quien pone en movimiento una de las dos tramas principales de la película. Se trata de Marshall, un delincuente que busca a Chow para que le devuelva algo que le pertenece y que no voy a contar aquí. Interpretado por el siempre bien recibido John Goodman (Sentencia de muerte, En campaña todo vale) es otro de esos personajes que nos da más de un buen momento en el película. Tampoco quisiera dejar fuera de la lista de secundarios a Melissa McCarthy (La boda de mi mejor amiga, Por la cara) que tiene un pequeño papel de vital importancia, sobre todo para el final de la historia. Pero si hay que terminar de hablar de los secundarios no se nos puede olvidar uno muy, muy importante: Las Vegas. Allí es donde transcurre la parte final de la película, la épica conclusión de la película mejor dicho. Y de ella no voy a contar nada, pero sin duda es el mejor tramo del filme. Épico es la mejor forma de definirlo, sí.

Evidentemente "R3sacón" no es perfecta. ¿Por qué es medio paso peor que la primera parte? Simplemente porque no es tan gamberra como las dos anteriores, así de fácil. Sí, tiene escenas como la de la jirafa, la presentación del personaje de McCarthy, o el asalto a la casa de Chow que contienen ese tono, especialmente la escena post-creditos(quedaos para verla, estáis obligados), que es de lo mejor de la trilogía si o sí, pero le falta más caña, más chicha al respecto. Es incluso un poco blandita en alguna que otra ocasión. Y en la tercera parte de una trilogía donde lo que más ha destacado siempre ha sido su mala leche, eso duele. Lo bastante como para no alcanzar la excelencia de la primera entrega, aunque por poco.

La escena de la jirafa, inolvidable


En resumen, la trilogía termina muy, pero que muy bien (si es que este es su final... cosa que dudo). Sigue la estela de las anteriores, pero añadiendo elementos nuevos que la hacen muy buena. El protagonismo de Alan y Chow le sienta fenomenalmente, sobre todo si sois fans de estos personajes. Además, sigue siendo una película de colegas, donde el tema de la amistad flota continuamente por todo el metraje. Tiene gags realmente desternillantes, más una escena post-créditos que es para enmarcarla; bestia, bestia, bestia. Le falta ser más gamberra, como sus hermanas. Le falta eso para ser tan buena como la primera. Aun así es mejor que la segunda. Una comedia con la que reírse mucho, mucho. Tremendamente entretenida, divertida y, sí, adictiva. Como la cocina de Chow. Como las barbas de Alan.


Nota: 7,5/10


No hay comentarios:

Publicar un comentario