domingo, 22 de abril de 2012

Reseñas literarias: Crónicas de la Marca del Este Vol. II


Ficha Técnica

Autor: Víctor Morata, Guillem López, Elena Montagud, Mauro García-Oliva, Anna Morgana, Javier Pellicer, Jordi Raboso, Luisa Fernández, Cristobal Sanchez Morales, Jose Luis Cantos, Andrés Abel, Vicente García Oliva, Francisco Solier Perez, Tony Jiménez, Juan Ignacio Vidal, Rubén Serrano.
Portada: Víctor Bravo
Ilustraciones: Víctor Bravo
Género: Fantasía épica
Nacionalidad: España
Formato: Rústica con solapas
Nº de páginas: 416
Editorial: Holocubierta Ediciones
Publicación: 2011


Sinopsis:
El mundo de la Marca del Este es un lugar lleno de peligros, aventuras, amigos, compañeros de batalla y tabernas donde beber y comer tras cada combate. Un grupo de cronistas se han reunido para narrar algunas de las más importantes gestas que han tenido lugar en la Marca del Este, donde los protagonistas son magos, guerreros, hechiceros, enanos, medianos y toda clase de criaturas a las que se enfrentarán.


Reseña:
Es esta una reseña que he estado posponiendo bastante tiempo. Y es una de las antologías de las que más orgulloso me siento de formar parte, tanto por la calidad que atesoran los relatos a los que acompaña el mío, como por lo contento que me dejó éste último. Pero antes de empezar la crítica me gustaría comentar algo sobre la antología en general.

La calidad del libro es levemente más alta que el anterior, sin que por ello desmerezca el trabajo realizado en el primer volumen, por supuesto. Los autores que repiten se notan más sueltos con sus personajes pero, sobre todo, con el mundo de la Marca del Este, mientras que los escritores que lo tocan por primera vez, hacen que el lector se de cuenta de que han empollado, y que se han sabido bastante bien la lección.

Me gustaría también tener en cuenta el magistral trabajo de Víctor Bravo, tanto en la portada, que tiene continuidad con la del anterior volumen, como con los dibujos interiores, algunos muy, muy impresionantes (personalmente, he salido muy contento con el de mi relato).

Otro detalle a tener en cuenta es la cantidad de conexiones que hay entre los diferentes relatos, tanto entre aquellos realizados por autores que repiten, como otros hechos por los "novatos". Una delicia ver cómo el universo de la Marca del Este está interconectado, un trabajo que pocas veces se lleva a cabo en productos como este.

Al respecto, cabe destacar que uno de los enemigos más usados, de manera directa e indirecta es Penumbra, quien personifica el mal, la oscuridad y las tinieblas, entre otras muchas cosas. Mientras que hay relatos donde sus subordinados son quienes atacan a nuestros héroes, en otros su presencia se percibe como más cercana, incluso sus familiares están ahí, acechando.

Terminando con este preámbulo a mi crítica propiamente dicha, debo señalar que no he puntuado la antología por estar en ella. No me parecía eticamente correcto, ni apropiado. En cambio, comento de manera sincera los relatos de mis compañeros, aquellos a los que he acompañado en esta gran aventura. Por supuesto, todo sin ningún tipo de spoilers. Comencemos:

-Juego de dioses (Víctor Morata)- Una buena manera de empezar el libro. No voy a engañar a nadie; no es uno de esos relatos que uno recuerda durante toda su vida, ni tampoco una de esas historias que se te quedan grabada a fuego. Ni falta que hace. El autor consigue colar algunos detalles la mar de originales que convierten el cuento en uno de mis favoritos de toda la antología, tanto por sus enemigos, como por su final. Una prosa sencilla (que no simple), directa, sin tonterías y algo apresurada en su final.

-Se buscan mercernarios (Guillem López)- Si con el primer relato la antología comienza bastante bien, continua aún mejor con este, que considero uno de los mejores de todo el libro; no de los que más me han gustado, sino de los mejores, de manera objetiva. Una genial mezcla de humor y aventuras que ha conseguido que suelte más de una carcajada durante su lectura Una joyita, de verdad. ¿Lo malo? Que acaba, y antes de lo que uno espera. Deja con ganas de más, mucho más. Bravo por el autor.

-El despertar de Reila de Sen Jin (Elena Montagud)- Una historia correcta, sin más. Cabe destacar los secundarios por delante de la protagonista, aunque es bueno ver que ésta tiene una misión entre manos que se aleja bastante de la mayoría de las contenidas en la antología. Un final que se ve venir, unos dialogos chispeantes, y una trama que se desarrolla de manera suficiente, sin aspavientos, pero sin aburrir. A destacar negativamente alguna que otra errata.

-Encuentro en el Bosque Viejo (Mauro García-Oliva)- Quizás la historia más corta de todo el libro, y una de las que contiene más fuerza. Venganza, acción, aventuras... y dragones. Sinceramente, estamos ante uno de esos relatos que con mayor extensión sería una de las joyas de la antología, simple y llanamente. Una pena que no se aprovechase de mejor manera.

-La marca del bastardo (Anna Morgana)- Uno de mis favoritos de la antología. La autora sabe trazar una historia interesante, que se lee sin problemas, sin por ello escatimar en descripciones, personajes bien desarrollados cuyos destinos importan al lector (ver el desenlace, que te mantiene con un nudo en el estomago) ni acción, que hay de sobra. Además, la trama me ha parecido que tiene algún que otro punto original que le sienta muy bien. Sufre ciertos altibajos, pero nada realmente negativo.

-El último Valaryo (Javier Pellicer)- Voy a ser claro con este relato: es uno de los mejores de la antología. Javier Pellicer (autor de "El espíritu del lince" uno de los libros del año) nos entrega una historia en la que veo mucho de cómic (atentos a las páginas finales), con personajes tridimensionales, muy bien constridos, una trama interesante, absorbente y con un ritmo magnifico. Se nota mucho que el autor, que ya estuvo en la anterior antología, le ha cogido el gusto a la Marca del Este, porque incluso se atreve a usar personajes de su anterior relato, colocar referencias de otras historias y hacer que juegen a su favor. Una maravilla, en resumen.

-Los designios de Legis (Jordi Raboso)- Encontronazo de sensaciones es lo que he tenido con esta historia. Empieza muy lenta, demasiado densa e incluso llega a levantar algún bostezo (al emnos, en mí), sin embargo, poco a poco, mejora bastante, hasta el punto de llega a un climax magistral. Con otro ritmo, sería uno de los mejores relatos de la antología; con el que tiene, es una historia bastante buena, lo cual no es moco de pavo.

-La búsqueda de la Hoja Fénix (Luisa Fernández)- Otro de mis favoritos. Tanto por el grupo de héroes, como por la historia, realmente emocionante y con un final... ¡Menudo final! Por si eso no fuese poco, la prosa de Luisa Fernández atrapa, engancha y absorbe sin necesidad de florituras innecesarias. Y, además, tiene conexiones con otro de los mejores relatos del libro, el de Javier Pellicer. ¡Casi nada!

-El Rey de Piedra (Cristóbal Sanchez Morales)- Uno de esos relatos que es grande, principalmente, por su protagonista, un mago que... no es el mejor de los magos, la verdad. Pero, al final, hace lo correcto, y hasta ahí puedo contar. Cristóbal nos mete de lleno en la historia gracias a dicho hechicero que, con ciertos toques de humor, hace que podamos sentir cariño y simpatía por él casi desde el primer momento. Quizás le falta cierto emoción a la historia, pero dejando eso de lado, resulta una de las más notables.

-La ciudad de los esclavos (José Luis Cantos)- Una sensación agridulce es la que me ha dejado esta historia. ¿Quiere decir eso que es un mal relato bien escrito? Ni mucho menos. Estamos ante una historia notable, protagonizada por dos personajes que ya pudimos ver en el anterior volumen, y que están magníficamente construidos. ¿Cuál es el problema? Que la anterior historia de Galiep Malavida y Lorna me gustó mucho más; me pareció más completa, que contaba lo que tenía que contar y que acababa de mejor forma. En este caso, aunque todo va a más, al final me ha dejado más desinflado que el anterior. Lo cual, repito, no lo hace un mal relato, ni mucho menos.

-Malus, o la cabaña del Bosque Negro (Andrés Abel)- Debo confesar que me ha parecido una historia bastante floja, y eso me extraña, porque lo que suelo leer del autor normalmente me gusta. ¿Quizás ha sido el tono más que lo que cuenta? Al menos es diferente, bastante diferente. ¿Puede ser por eso? Un relato bien escrito, llevado por donde quiere por su autor, pero que me ha dejado muy frío.

-Lena de Maliayo (Vicente García Oliva)- Toda una sorpresa me he llevado con su lectura. Empieza tímidamente y, poco a poco, uno se va dando cuenta de que hay algo familiar en él. Y es que, tenemos prácticamente una continuación del relato del anterior volumen realizado por el autor, "Más Allá", y donde aquel era muy bueno, pero demasiado corto, esta secuela aprovecha todo lo que había que tomar de la anterior historia. Gran acierto el del autor y, aunque el final deja con ganas de mucho más, eso sólo puede ser bueno.

-Lilianna (Francisco Solier Pérez)- Una historia corta, diferente, original, tanto en la manera en la que está contada como por lo que cuenta. Se aleja de la tónica habitual, por lo que puede no gustar a quien espere una historia más en el camino de las anteriores. Se deja leer bastante bien, y como un espécimen raro en la antología funciona correctamente.

-El sabor de la sangre (Juan Ignacio Vidal)- No exagero si digo que es otro de mis relatos favoritos y, de nuevo, uno de los mejores de la antología. Creo que con señalar el título ya indico qué clase de monstruos vamos a encontrar en la trama, ¿verdad? Una aventura que mezcla terror y fantasía épica a partes iguales, dándonos escenas realmente espeluznantes y llenas de acción al mismo tiempo con unos protagonistas muy bien desarrollados. Genial final, pero antes un climax magistral acompañado por unos diálogos muy conesguidos por parte del villano.

-Nidiah y el Orbe de los Deseos (Rubén Serrano)- Como en el anterior volumen, Rubén Serrano, compilador de la antología, se encarga de cerrar el libro y, debo decir, nuevamente de manera magnifica con un largo relato (que bien podría ser una novela corta) donde le devuelve el protagonismo a Nidiah y sus compañeros, amigos, e incluso más que eso, ya prácticamente una familia. Una trama muy, muy rolera (los personajes se adentran en unas catacumbas y van pasando de trampa en trampa mientras luchan por sus vidas y su cordura) bien desarrollada, absorbente y con un ritmo endiablado. Los personajes creados por el autor siguen consiguiendo los puntos positivos del publico; avanzan, evolucionan, se relacionan entre ellos de manera realista... Y, además, al final se deja una puerta abierta para continuar las aventuras de la protagonista y su variopinto grupo.


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